Y Piti a lo suyo

Hombre, yo quiero pensar que el hecho de que Valverde acudiese el último al control de firmas no tiene nada que ver con algo anunciado en este blog, pero vayan ustedes a saber, ultimamente recibo en ciclismosergio@hotmail.com e-mails de lo más absurdo y consparanoicos posibles, algunos de gente vinculada o ex-vinculada a Caisse d´Epargne. Y todos creen conocerme. Eso sí, yo no pierdo una tarde de primavera por ir a ver un atajo de dopados en su particular Lago de los Cisnes, la ciénaga que les ha preparado la Federación Española para que chapoteen libremente al margen del dopaje y los dedos acusadores. Lo de "dopado" y "vuelve a Castelfranco Veneto, que todavía tienes bolsas esperándote" queda para otra ocasión.

Se disputaba la Clásica de Alcobendas y la cosa pintaba fina. Ya en la previa el otrora beligerante con el doping diario As se descolgaba con este primer párrafo, para que vean que solos navegamos. El resto de la carrera, en la tónica de la consigna "Valverde y cierra España" al que se han sometido todos. La primera etapa con final en Navacerrada vio una fuga de Zaballa, en busca de su propia identidad, y el triunfo de Luis Pérez. La segunda, al sprint para Robert Hunter. Y la tercera, la crono que ha visto vencer a gente como Nozal o Hruska, para 18.- Valv. (Piti). Así están los valverdistas, teniendo que comulgar con que su figura lleve una temporada con Valencia, etapa y general de Murcia y la crono de la Clásica de Alcobendas, resultados de espesor para un corredor que el año pasado llevaba etapa en País Vasco, Flecha, Lieja y etapa en Romandía, solo en las ProTour. Y la propaganda sigue arreciando.

Gracias a Urraburu tenemos algunas declaraciones de el ex-Imbatido. Aparte de temblar con lo de "voy a acabar convirtiendome en un contrarrelojista" (ojo, tras ganar las disputadisimas cronos de Murcia y Alcobendas) anuncia que irá a Dauphiné, porque "la Volta es muy dura". Todo lo contrario. Va a Dauphiné para dejar la Volta a Zaballa y a Rubén +1 gratis Plaza, que esos si que no pueden correr en Francia. Ni el Dauphiné ni el Tour. Supongo que en el entretiempo se dedicará a ese cacareado descanso activo (el concepto fue acuñado por Manolo Sainz, imaginénse), que gracias al descubrimiento de los protocolos del dopaje contemporáneo ya sabemos en que consiste: llenarse de drogas, hacer una carrera para que asienten y salir en el Tour pimpante, tanto como para hacer quinto en el prólogo. "Voy a acabar convirtiéndome en contrarrelojista". Ya. ¿Lago de los cisnes? Jesús, miren la clasificación de la última victoria (ojalá sea así, en todo el recorrido temporal del término) de Piti.
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Comenzó el Giro. En la bellísima crono por equipos el Liquigas arrasó con polémica incluida. Gasparotto se saltó las órdenes de equipo y entró el primero por delante del iracundo DiLuca, que se quedó con cara de abruzzo: quijada fuera, baba y mucha mala ostia. En la segunda etapa, donde se pudieron ver las bellezas y las miserias de una región como Cerdeña -a la cola de Europa, incluso por detrás de muchas regiones del Este-, victoria de todos los años para McEwen. Ya lleva diez en el Giro desde 2003, batiendo esta vez a Bettini y Petacchi, que ya no es el que era. Di Luca líder, suponemos que tras una buena tunda a Gasparotto en la intimidad del hotel.
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Eso es lo que pienso yo y cualquier persona que haya seguido desde el inicio el asunto. El dopado miente, miente, miente y enseña la foto de su hija y después, abrumado por las pruebas, intenta llegar a un acuerdo ayudado por su abogado, los periodistas y, suponemos, su hija. ¡Qué cara más dura!.
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Una entrevista interesante, con pocas concesiones a los ciclistas. Y lo dice el médico que vió la rodilla destrozada de Heras en la Vuelta 2005 y le permitió seguir corriendo.