Se oye ya el rumor de la temporada ciclista que está a punto de comenzar. La prueba más evidente es como se empieza a ver a los corredores con sus nuevos maillots, la constatación más clara de que con el 1 de enero ya todo es cuesta abajo hacia el debut de cada uno en su respectivo calendario. Antes de esa fecha, se suceden los campamentos y las concentraciones, se toman los primeros pesos y se intenta tener a toda la plantilla, una oportunidad que seguramente no se repetirá en todo el año. Zabel y Petacchi con el poco original maillot del Millram, Mancebo irreconocible en el del AG2R, Simoni con el de Saunier Duval y Valverde esperando por el nuevo de Illes Balears/Caisse d´Epparge, que no se conocerá hasta mediados de mes.
Adelantado a su tiempo, Manolo Saiz ya hizo la primera concentración en noviembre en Puente Viesgo. Como es natural por esos pagos, llovió inclementemente mientras muchos corredores se preguntaban cúal era el sentido de esa ghymkana. Y más cuando, por compromiso de contrato, Vinokourov iba con el maillot del T-Mobile y Kashsehkin con el de Credit Agricole. Fue una demostración de ese espíritu de grupo del que siempre ha presumido el cántabro, espíritu de grupo completamente olvidado con Roberto Heras. Una demostración de fuerza en una temporada en la que todos los focos van a estar sobre un equipo deportivo que no ha revelado el nombre de los doctores y del que se sabe muy poco.
Pero no, no es esa línea para empezar la temporada. Habrá que hacer, como tantas veces en este deporte, borrón y cuenta nueva para olvidar como se cerró en falso el año pasado (y no han pasado ni dos meses desde el escándalo) para encarar el nuevo ciclo de competición con la misma ilusión con la que la Vuelta pasaba al lado de la casa y daban hora libre en el cole. Porque el ciclismo, el deporte en general, vive de la ilusión de mejora y de tiempos mejores, por mucho que se evoquen hazañas y puertos allanados al paso de los antiguos campeones. Armstrong ya no está, y alguien reclamará su trono.
A finales de enero ya habrá carreras en el Tour de Qatar, que el año pasado fue muy prolífico para sprinters. Debutó con victoria Boonen, y ya se vió como continúo el resto de la temporada. Y después de tantos meses sin competición, hasta la insulsa competición que puede haber con etapas de 110 km. completamente llanas será recibida como el agua en el desierto. Porque ya hay mono de que empiece la temporada. Ya se oye el ruido tras la esquina. Ojalá todo vaya bien.
06 enero, 2006
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