En Saunier andan todos

Los italianos, pueblo devoto por excelencia, ya tienen nuevo ídolo: Ricardo Riccò. Esto no es noticia. Ya con ocasión de la San Remo compartía titulares con Freire por haber realizado un ataque. Ayer ganó en la Tres cimas de Lavaredo en una etapa de alta montaña durísima, no tanto por la distancia sino por la batalla. Lleva en forma desde enero, cuando ganó una prueba en Argentina. Después dos etapas en Tirreno. Su número de San Remo. Otra etapa en la Coppi&Bartali. Quinto en la Amstel. Y ahora una etapa en el Giro. Un fenómeno. Y no sólo deportivo, también fisiológico. Estas son las nuevas figuras que nos propone el circo. Traguen con ello. Y creánse lo de la renovación.

El viernes en la cronoescalada ganó Bruseghin y Piepoli quedó a 1", anuncio de lo que se estaba cociendo en Saunier, el digno heredero de la herencia de Gewiss y Casino. Yo que les voy a contar de Piepoli: era un corredor que en ibanesto.com servía para vueltas menores españolas y desde que está en Saunier casi gana la Volta en 2005, la etapa de Aitana en la Vuelta 2004 (batiendo a Heras), el año pasado dos etapas en el Giro, este año otra...y ayer fue el protagonista absoluto en la victoria de Riccò. En Saunier andan todos, hasta el Búfalo Cobo, que de camino al Tour también se permite hacer 9º en la cronoescalada de la Volta, a pesar del descanso activo (termino acuñado por Manolón) en el que se haya inmerso. ¿ Y que decir de Ibán Mayo? El sábado, en otra etapa bellísima, circuló escapado camino de Bérgamo, se descolgó para ayudar a Simoni y el capitano, que lleva dos años sin ganar, no pudo rematar ante Garzelli, un corredor de mucha valía y con cierto instinto ganador.

Amarillos por todos los lados. El color ya es familiar, como lo fue en los años noventa y hasta 2003. Ayer se fueron cuando y como quisieron. Prácticamente desde el primer puerto circulaban escapados los otros Saunier Cañada y Belovoshicks, con los que enlazaron subiendo el San Pellegrino Piepoli, Riccó y los dos comparsas, en este caso Parra y Pérez Cuapio. No dieron ni un solo relevo. Los dos amarilos, como el yunque y el pistón, para arriba. Y no vean que caras ponían los corredores del otro lado del charco. Casi, casi, las mismas que pondría un espectador avezado desde su sillón. En la Rai tenían de comentarista a San Eddy Merckx, que en en las Tres Cimas de Lavaredo obtuvo su victoria más contundente y una de las más recordadas. No sé, a mí me parece que era faltar un poco a la leyenda. Tantos años esperando poder ver el mítico puerto y ver que gana alguien así...y con Merckx, que ya nos vendió a Landis como un fenómeno, exultando por su triunfo...en fin.

Subiendo el durísimo Giau, y con los escapados a más de 3´, Savoldelli apretó el acelerador para el inesperado salto de Mazzoleni amigo de Birillo, que está viviendo sus mejores momentos como profesional. Se fue, y muy fuerte. Ascendiendo a Lavaredo llegó a ser incluso líder virtual de la carrera. Esto hizo que Di Luca, hasta entonces bastante tranquilo y sólo controlando a Simoni para que no enlazase con la legión que circulaba por delante, perdiese su recién adquirida calma y se lanzase en los últimos tres kms. a una persecución a velocidad sobrehumana. Le recortó casi 40" por km, una salvajada. Un sprint sostenido después de la dura batalla del día, con lluvia y todo. Por delante, el Saunier hacía doblete, pero la alegría no era total puesto que Simoni se había vuelto a dejar segundos en lo que en teoría es su terreno. Como Cunego. Di Luca camina con paso firme hacia la victoria en el Giro de Italia. El martes se sube el Zoncolan, no se esperan grandes novedades.
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La cronoescalada de la Volta ganó Menchov por un suspiro ante Karpets, que sin embargo recuperó el liderato. Al día siguiente, camino de Lloret, un Valvevelde al que segundos antes había elogiado Carlos de Andrés ("cuidado con este, que vive en Girona y se conoce a la perfección la carretera") cometía un error inexplicable al perder su trayectoria por ir mirando atrás en cabeza de pelotón. La montonera fue de aupa. Ahora ya sabemos para que sirve Vandevelde, de siempre niño mimado de gente como Xabier G. Luque y objeto de agria disputa entre las mejores formaciones (Discovery, Liberty, CSC), cuando es un paquete y un corredor muy limitado.

La cosa no acabó ahí. En el sprint final a un corredor del Fuerteventura se le salió el pedal y, en vez de apartarse, prefirió hacer repetida y ostentorea manifestación de su disgusto golpeando el manillar, poniendo en peligro toda la integridad del pelotón. Ganó Cavendish. Victorias para Sevilla, Davis, la general se la lleva un corredor cuya mejor victoria anterior era una Vuelta a Rioja (tal cual), en fin: la Volta, que sigue su pendiente en picado. Lo peor, empero, llegó ayer, con un mano a mano entre Vinokourov y Samuel Sánchez saldado a favor de este último, que para demostrar lo payasete que es se dejó desplomar nada más cruzar la línea de meta. Ya saben, esas crónicas que siempre incluyen la palabra "sacrifio", "entrega", "sufrimiento" y "el deporte más bonito del mundo". ¿Esta gente no se preguntará porque otros ciclistas, en situaciones similares o peores a la de ayer -era el Tibidabo, ojo- no tienen porque escenificar su esfuerzo? Ah. Ya encuentro la solución. Se llegaba a un parque de atracciones. Faltaba el payaso.
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Rijs dijo el viernes que compitió dopado con EPO entre 1993 y 1998. Dada esta revelación, que en la prensa española han pasado de puntillas y directamente al fondo del armario, el primero de la saga de Los Intocables ya puede afirmar que la edición de 1996 la perdió porque los otros hacían trampas. O como dijo Gómez Peña, "supo retirarse a tiempo". ¡País!