El Abogado (del diablo)

Ivan Basso escribió ayer un nuevo capítulo de la humillación perenne del ciclismo. Se puede ver en vídeo. Cuenten todas las veces que se toca la nariz, signo inequívoco de la mentira, y el primer tic que los asesores de imagen intentan quitar de los políticos. Basso no tiene un asesor de imagen. Tenía paloma mensajera, tenía dottore y ahora tiene abogado. Miren que cara.

Gafas wyfarer caladas, pañuelito blanco en la pechera y traje de raya gruesa, como la defensa que ha aconsejado a su cliente. La foto no es de ayer, es de los primeros compases de la defensa, allá por julio. Cuando el mismo sujeto llegó a presentar un documento veterinario (l´anagrafe canino, un DNI perruno) para demostrar que el perro de los Basso se llamaba Tarallo y no Birillo. También dijo que había estado en la casa familiar de Varese y que el perro no respondía, a pesar de sus múltiples intentos, al nombre de Birillo. Eso es un avvocato. Y seguramente le pasará suculentas minutas al tonto de Basso, igual que se las pasaba el hemodruida canario por hacerle quedar segundo. Hay gente que no aprende.

La grotesca comparencia de ayer en el hotel Michelangelo de Milán (a 100 metros de la Estación Central, zona de putas, chaperos, yonkis y menudeo de droga) pone el contexto adecuado al esperpento. Cortina roja tipo David Lynch, solo faltó el enano danzarín de las películas del genio americano, por lo del toque surrealista. De lo demás se encargó Basso, brillantemente asesorado por su abogado. Afirmó que no se había dopado, que sólo había intentado hacerlo. Que las bolsas de sangre (siete, aunque en el estadillo reproducido por Arribas solo aparecen dos) eran para preparar el Tour 2007. Que tenía un perfil sanguíneo ejemplar en todos sus años de profesional. Que no había cantado otros nombres de compañeros. Ahí teneís a vuestro incipiente héroe, que os ha durado 24 horas.

Esta última frase va dirigida a los periodistas como Arribas. En otros tiempos fue un prestigioso periodista. Ahora es un pelele encerrado en sus propias contradiciones. ¿Quieren saber cual era el subtítulo de la crónica de anteayer? "El CSD confía en que el paso dado por el corredor transalpino anime a los españoles a imitarlo". Sinceramente, si no quisiese este deporte lo firmaría ahora mismo: imaginense que risas unas conferencias de prensa similares de Koldo Gil, Zaballa y su castellano de leísmos, Sevilla y su cara de niño, todos diciendo que nunca se han dopado, que esas bolsas eran para la siguiente carrera, para su primera vez. Pero como me gusta el ciclismo, hay que acabar con este esperpento.

Abandonar toda esperanza. No se puede confiar en un mentiroso compulsivo. Y todos los ciclistas tramposos lo son. Viven rodeados de su corte de aduladores y vecinos, los mismos que desde los 15 años les llamaban "campeón", y jamás reconocerán su papel. No se puede pedir colaboración al que sólo colabora bajo presión, nunca de motu propio. Te chantajean. Es de lo que más saben. Al parecer, Basso firmó con el CONI un documento de 10 páginas antes de su confesión de ayer. ¿Que renuncias hicieron las autoridades italianas para este magro resultado? Menos mal que existen autoridades internacionales que convertirán en papel mojado la siniestra invención del hombre de las gafas de más arriba.

El ciclismo está corrompido. Que les voy a contar que no puedan comprobar ustedes diariamente cuando abren periódicos muy serios y ven la basura que nos intentan hacer tragar. Si, esos titulares de "Basso, cercado", como si fuese una víctima. Basso no es inocente. Nunca lo ha sido. No fue Eufemiano el que fue a llamarle a casa. Contra este tipo de ciclistas solo vale el castigo que más ejemplifica: en caso de dopaje, anulación de todas sus victorias y ostracismo en los pies de página de la historia del ciclismo. Esa es la única solución que veo. "Giro 2006: anulado por dopaje masivo".
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Menuda crónica más condescendiente. Hay incluso referencias a la infancia. Y no, no me olvido de que Gómez Peña era de los que insultaban a los bloggers hace un año, cuendo empezó a hacerse palpable lo que muchos intuíamos.
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(Actualización de las 11:52)En la versión impresa de El País, Arribas sigue su particular descenso a los pantanos. Empieza escribiendo "Basso cumplió ayer..." y dice que la escenificación milanesa ya había sido sugerida en junio de 2006 por sus abogados de Madrid, los de CuatroCasas en catalán. Si, pero canta ahora. Como Arribas, que parecía -o quiere hacernos creer- que ya lo sabía desde junio. Mientras tanto, puyita a McQuaid por mostrarse inflexible en los dos años de sanción dopaje, sea tentato o commesso. Si es que se le ve el plumero...

Por su parte, Garai hace finta de atacar a Basso por el espectáculo de ayer, pero no se lleven a engaño: incluso mete una columna con cuatro escándalos italianos (San Remo, Cannavaro, lo de Moggi...) para decir que es un asunto transalpino, que en España somos de otra pasta. ¡Alemanes, salvarnos de nuestros periodistas!