Operación Galgo: ladran los perros (I)



La Maja Desnuda, Goya

Qué gracia. Operación Galgo. Dopaje en el atletismo español. Galgo. Ja-Ja. A veces hay que empezar por los nombres, pero aquí explican mejor cúal es la génesis que lleva a estas brillantes definiciones. Son dos periodistas que en su día dedicaron líneas y líneas a la Operación Puerto y Eufemiano Fuentes, y aquí volvemos a nombres conocidos. También a códigos, nombres en clave y, ¡ay!, con la cercanía de la Navidad, el tufo de lo familiar.

La O.G saltó a la luz en la mañana del jueves 9 de diciembre, y desde el primer momento se dejó bien claro que era sólo una redada antidopaje en el mundo del atletismo. A-tle-tis-mo, ¿te enteras? Repitiendo los mismos esquemas mezquinos que en la Operación Puerto, se presenta una realidad prefabricada de compartimentos estancos, donde el genérico "deporte" no existe, sino simples unidades agregadas sin vasos comunicantes entre sí. Mucho mejor que todo este constreñido a algo abarcable y muy delimitadito que abrir la caja de Pandora, como casi pasa en la O.P, y que el lector medio del Marca se empiece a plantear incómodas preguntas sobre los ocho partidos seguidos ganando o las medallas con 35 años y siendo blanco.

Precisamente este medio publicó en los primeros compases de esa agitada mañana del jueves que SMS Sánchez estaba en el ajo, rompiendo el sacrosanto acuerdo de no mezclar churras con merinas. O.P ciclismo, O.G atletismo, ¿te enteras?. Después resultó que se habían colado -igual que sus rivales del As hace un año con la Operación Grial, cuando dijeron que estaba metido Vicente García Acosta- y que les había saltado un león que había que adjudicar por ahí, muy al estilo de los errores que cometen los medios extranjeros con apellidos frecuentes en castellano como Díaz, Rodríguez o Martínez. Una excusa avanzada la tarde y todo al redil, como tiene que ser. Lo importante es no reconocer en ningún momento que la redacción está compuesta por analfabetos, no vaya a ser que ese lector medio pueda a llegar a pensar que para ese trabajo también vale el.

¿Apellidos frecuentes? Chúpate un Domínguez. Tan frecuente que, el que resulta agraciado con alguna de estas españolísimas señas de identidad, intenta disimularlo de alguna manera en su ascenso a la cumbre, bien haciendo prevalecer el apellido materno -el actual Gobierno es una buena muestra de ello- o, en justo reconocimiento a sus méritos contraídos con la patria, obtiene un epíteto caballeresco, queseyo, un Marta de España. Porque poner Marta de Palencia, que sería lo justo y adecuado, no arreglaría el problema.

A mí me duele Palencia (¡toma sentencia lapidaria de España profunda!), de donde procede la deportista de mayor relieve implicada en esta redada. Me duele porque la reacción de sus vecinos ha sido la previsible en una región olvidada de todos y por todos, y con muy pocas banderas de enganche. Una de tantas regiones de España, mismamente. Las extraordinarias crónicas de J.J Mateo para El País lo reflejan muy bien, simplemente acumulando los datos. Cambien Palencia por Béjar, Las Lumbreras -o Murcia entera- o Pasaia Donibane (donde el Astarloza Talde infantil) y verán hasta que punto la gente se embriaga con el éxito del deporte. Se creen que son partícipes de algo que tiene título individual.

Me duele especialmente por un gran amigo, paisano de la pillada con las manos en la masa, una persona de natural inteligente -y así lo ha demostrado en todos los momentos claves de la vida- y que, en cierto modo, fue el inspirador de este modestísimo blog, al que los lectores acuden por miles aunque lleve un mes sin escribir. De natural inteligente, insisto, muy por encima de la media, en nuestras frecuentes diatribas se negaba a asumir lo que le decía de Puro Coraje (y algo más), aunque albergaba sus dudas. Así las manifestaba a sus paisanos, obteniendo algo que ninguno de esos miles de lectores anónimos podrá desconecer: la indiferencia o el desprecio, porque no hay nada peor que ir contra el endiosiamiento colectivo de este tipo de figuras insolentes e increíbles. "Marta es un ejemplo para todos".

Esto sigue siendo un blog de ciclismo, amateur, de opiniones exclusivamente de mi autoría y en el que hoy he querido hablar de esto. De atletismo no, porque el caballo de enganche no es esa pobre personaja de dientes nacarados y amuletos textiles-químicos, sino el auténtico protagonista de la redada: no se queden en las medallas. La auténtica noticia de la Operación Galgo es que Eufemiano Fuentes nunca se fue (¡oh! ¡sorpresa! ¡albricias!) y que no pudo atender su consulta en Canarias el jueves y el viernes porque volvió a visitar el calabozo.

Y si quieren y tiene paciencia, mañana les hablo de la Operación Puerto, de Eufemiano, de Rosa (¡señor Juez, lo he leído aquí!), del africano de Vallekas y de Jaime Lissavetzky. El tufo de lo familiar.

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Al parecer está circulando masivamente por la red este enlace. Bienvenidos al mundo real. En este blog ya fue comentado hace dos años y medio.

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Imposible hacer una revista de prensa de todo el caso galgo. La mayor parte de los periodistas son meros replicantes de Arribas, a su vez el mayor replicante conocido. Tampoco hay mucha opinión interesante o fundamentada. Simplemente destacar la progresiva petición de "mano dura", algo bastante hipócrita porque todos conocen el asunto desde hace años. A este respecto les dejo la columna de Alix, un personaje sencillamente anfibio, famoso por ser un defensor de las bondades de Contador desde tiempos de Mari Castaña.
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Te crees que estás on porque tienes un par de hijas que fueron adolescentes hace diez años, y lo que realmente estás es gagá, pasado de rosca y fuera del mundo real. Un ejemplo aquí mismo. Lo más patético no es la broma soez -la mujer subordinada al hombre, existe en función de-, sino intentar adivinar quien fue el que pensó que podría llevar a este auténtico campesino de las ondas a un macrofestival con adolescentes en plena ebullición. Pensará que estaba trabajando la cantera, como su torneo en las Islas Afortunadas. Qué personaje más patético. Qué españolazo de tomo y lomo. De tocino. Y bellota