Existen pocos precedentes al récord que está logrando estos días Tom Boonen. Ha ganado las tres primeras etapas del Tour de Qatar, por lo que en las últimas cinco carreras que ha disputado ha logrado la victoria. La serie se inicia con el Campeonato del Mundo del 25 de septiembre de 2005 en Madrid. Tras esa victoria, el fresco arcoiris se sometió a una operación de rutina, para después descansar en la ghymkana de la UCI en Aruba y en su Flandes natal. Como el año pasado, ha iniciado la temporada en el Golfo Pérsico, sin dejar escapar ninguna oportunidad: GP de Doha y el coto particular de Qatar. Y todo esto con el peso del maillot del campeón del mundo. ¿Habrá derrotado la maldición?
No cantemos victoria todavía. La temporada es larguisíma y si podemos afirmar algo de antemano es justo lo contrario: Tom Boonen no repetirá los éxitos del año pasado. Es mucho más fácil que falle en alguna de las grandes citas que tiene que el remoto hecho de que vuelva a repetir. Porque lo insólito es lo logrado, y lo normal es alternar victorias con otras clasificaciones, muchas de ellas de prestigio. ¿Será fracaso si Boonen gana en Flandes y hace tercero en Roubaix? ¿Si gana el maillot verde y ninguna etapa del Tour? La empresa de Boonen es difícil: el año pasado ganó el E3 Harelbeke (qué fácil se olvida) y ayudó a su compañero de equipo y amigo Nick Nuyens a ganar la Het Volk, donde se clasificó segundo. Además de sus victorias más conocidas, se clasificó octavo en la San Remo, fue un claro protagonista en la Gante-Wevelgem y cuarto en el GP L´Escaut, y sólo contando las clásicas del norte. Cualquier posible combinación da una temporada de éxito, pero habiendo puesto el listón tan alto el riesgo de fracaso es mayor.
¿Precedentes? En 1997 Johann Museeuw era un fresco y veterano campeón del mundo. Empezó la temporada –en esa época no había petrodólares para el ciclismo- en la Vuelta a Andalucía, y se llevó tres etapas, tres: la segunda, la cuarta y la quinta. La general fue para Zabel, que empezaba a mutar en el supercorredor en el que se convertiría, aunque la prensa nacional lo saludó como “el triunfo de un sprinter”, además pactado con Museeuw: para tí las etapas, para mí la general. Museeuw daba miedo: se llevó la general de los 3 días de la Panne, todo parecía indicar un abril arrollador. Fracasó en el Flandes de Sorensen y en la Roubaix entró en el velódromo como el zorro en el gallinero, para ver como la victoria iba a un desconocido Guesdon y para él un nada deshonroso tercer puesto, pero que sabía a hiel. El resto de la temporada fue fatal: victoria en la crono y la general de Dunkerke (por entonces una carrera de máximo nivel) y nada más. La Copa del Mundo, que había dominado en los dos últimos años, jamás estuvo a su alcance. Una de las peores temporadas del mentor de Boonen. Esperemos que le haya sabido transmitir a su pupilo que lo que bien empieza no tiene porque seguir así. Y menos con el maillot arcoiris.
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Cuarta etapa de Qatar para Eisel, fenomenal sprinter austriaco que nunca acaba de despegar desde las buenas maneras que apuntaba en el Mapei G3.
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Primera etapa de la Estrella de Bessegues para el desconocido belga Willems y segunda para el veteranísimo Kirsipuu. Con 37 años todavía tiene chispa para ganar en su mes preferido, febrero.
Hay dos cosas claras. Que Qatar es una pachanga para gente como Boonen y que es prácticamente imposible que repita su abril del año pasado. Hacer otro doblete Flandes Roubaix se ha hecho 9 veces en la historia, pero como en los últimos años se han conseguido dos parece que es pan nuestro de cada día. Yo creo que este año habrá alternativas. Eso espero, al menos...
ResponderEliminar¡Qué ganas de que empiezen ya los fines de semana con clásica!
ResponderEliminarNo andaríamos hablando de estos inventos raros (entrenamiento) en Qatar, seguro.
Gracias por vuestros comentarios. Ya, ya, pero resulta que mientras unos empiezan a sumar las primeras victorias, Boonen se vuelve de Qatar con seis victorias de profesional. Vamos, como para no ser el pichichi de la temporada...
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