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16 marzo, 2006

Boonen no ganará la Milán-San Remo

Titular sensacionalista para llamar la atención del lector, y titular boomerang como el campeón del mundo gane este sábado. Intentaré explicarme. Tom Boonen es un campeón precoz al que hasta ahora no se le había subido la fama a la cabeza. Hasta ahora, claro. Ya durante la Paris-Niza proclamó “Bettini y yo seremos los dos primeros en Via Roma, lo que no sé es el orden”, como si el resto de corredores fuesen a disputar la carrera en patinetes. Bueno, una declaración fuera de lugar se le puede perdonar, al fin y al cabo ese día ambos corredores habían ganado etapa ante toda la panoplia de favoritos. El caso es que Bettini se ha caído y, aunque ha retomado los entrenamientos y estará en la salida de Milán, la predicción de Boonen está lejos de cumplirse.

El belga se retiró en la última etapa de la Paris-Niza para entrenar de cara a San Remo. El gesto, una bofetada a la carrera que le ha dado tres etapas, tiene difícil justificación si tenemos en cuenta que la carrera acababa en Niza, a escasos km. de su domicilio en Montecarlo y a una hora en coche del último tramo de la gran cita del sábado. A Petacchi le amenazaron con no volver a invitarle al Tour cuando ganó en 2003 cuatro etapas y se retiró en la primera de montaña, pero a Boonen se le perdona todo. Ayer conocimos unas nuevas declaraciones del belga, en las que proclama que está como nunca, que ha subido una docena de veces la Cipressa y que ha reconocido el tramo entre Alassio y la meta acompañado por Hulsmans, Cretskens, Nuyens (anónimo en Tirreno), Tossato y Trenti. “Conozco la Cipressa como la palma de mi mano”, como si las carreras se ganasen con las líneas de la vida, “conozco cada curva y la mejor forma de afrontarla. Siento que soy capaz de atacar en la subida”. Preocupantes declaraciones de suficiencia que pueden ser letales en caso de fracaso en la carrera, y para Boonen fracaso significa ser segundo. La historia demuestra que cuanto más preparas una carrera, peor digieres la derrota. En el Tour de 1990 Geert-Jan Theunisse proclamó que había subido Alpe D´Huez “100 veces” y que iba a ganar la etapa. Ni se le vio y su carrera acabó consumida entre escándalos de doping pre-Epo y carreras de alcurnia como la Vuelta a Asturias, con todos los respetos. Y hay miles de ejemplos más.

A Boonen, el chico tímido con el que me pude fotografiar en la Vuelta 2003, no lo reconoce ni el más viejo del lugar. Rodeado de un cordón de seguridad, alentado por sus fieles (Hulsmans: “simplemente, no puede perder la Milán-San Remo”), empieza a escupir declaraciones al mismo nivel que las que profería Virenque en 1997, Pantani en el Giro 1999 o Simoni en la vigilia del Tour 2003, por poner unos ejemplos. Es la fanfarronería del poderoso que cree que todo lo puede, del niño encumbrado, del ciego que cree que todas las carreras son iguales. A Boonen le vendría bien saber algunas cosas: sólo cuatro corredores han conseguido ganar la Milán-San Remo con el maillot arcoiris. Se trata de Binda, Merckx (dos veces), Moser y Saronni. Nombres en la historia del ciclismo, igual que el suyo, el único capaz de ganar Flandes, Roubaix y Mundial en la misma temporada. En los últimos 15 años sólo un corredor ha ganado una gran clásica con la carga del maillot que porta Boonen (Camenzind en Lombardía 1998). Si un corredor importante y veloz ataca en la Cipressa (S.Sánchez, Astarloa, Ballan, Rebellin) ¿cúal es el corredor del Quick Step que irá a neutralizarlo? ¿Bettini como en el Mundial de Madrid? Aunque la Milán-San Remo es como un mecanismo de relojería (ver los posts del año pasado) hace falta saber poco de ciclismo para hacer las declaraciones que está haciendo estos días Boonen. Hasta que no se cruza la línea de meta la carrera no está ganada (Zabel en 2004), y todos pueden ganarla.

Sin embargo, hay una lectura positiva de todo esto. Boonen ha preparado la San Remo a tope, con todo lo que un corredor puede poner. Si fracasa se quedará obsesionado, como le ha pasado a tantos corredores con algunas carreras del calendario. Al margen de que se hayan construido un palmarés de espesor en múltiples jornadas míticas, siempre queda la espina de una carrera indomable, que se escapa de manera cómica un año y otro y otro. La San Remo tiene entre sus cortejadores más recientes y desafortunados a Argentin o Bartoli, mientras que a Cipollini le concedió sus favores tras 14 años de romance. El Mundial ha querido y rechazado a Indurain, Bartoli o recientemente a Bettini. Para el aficionado al ciclismo, lo mejor es que no gane Boonen, por la diversión que puede proporcionar verlo participar un año detrás de otro buscando una carrera que lo da y lo quita todo. A mi no me parece un corredor de San Remo, una carrera que siempre exige años de aproximación. En los últimos 15 años sólo un corredor ha repetido, el enorme Zabel. Todos los últimos ganadores han hecho méritos por medio de puestos de honor y Boonen apenas si ha empezado su aprendizaje. Su mentor, el muy dopado Johann Museeuw, le dejó en legado la antorcha del ciclismo flamenco y un rosario bendecido por el Padre Pio, pero también una lección clara: dejó de disputar la San Remo para ganarla en 1997, tras escapar por los pelos de la brutal caída en el sprint. Y tan contento. Vamos a ver que pasa, pero yo apuesto a que Boonen no gana la San Remo.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Boonen está cargándose toda la responsabilidad para él y su equipo. Les tocará neutralizar las escapadas y no se como llegarán tras 294 kilometritos de nada. Los ataques del Poggio y la Cipressa no creo que pueda contrarrestarlos todos, aunque ultimamente unos por otros siempre llega un grupo. Ahí se las tendrá que ver con Freire (con Dekker de lanzador).

Un saludo

Anónimo dijo...

Completamente de acuerdo en que Boonen está cargándose de demasiada responsabilidad, sobre todo si Bettini no corre en las mejores condiciones. Con dos cabezas Quick Step siempre tendría la carrera controlada, con una sólo las ambiciones del resto de favoritos se pueden desatar. En este sentido me parece que un equipo como Rabobank puede dar mucho juego y aprovechar muchas situaciones, con muchos y buenos corredores. El planteamiento parece más o menos claro, Quick Step (Boonen – Bettini) y Milram (Petacchi – Zabel) intentado controlar la carrera para jugársela al sprint, mientras que el resto (que son muchos) deberán buscar sus bazas desde los más lejos posible y acabar con los dos grandes equipos favoritos. En caso de que la cosa vaya tranquila, pues tendremos esos últimos 40 kilómetros locos y de locos que son la verdadera esencia de esta prueba, donde el trabajo de equipo es absolutamente fundamental, porque que alguien resuelva en la subida el Poggio (5.45 – 6 minutos de ascensión) en la tesitura actual me parece muy difícil.

Acabo de echar un vistazo a la lista de inscritos y francamente hay equipos que tienen formaciones de un grandísimo nivel Lampre (Napolitano, Ballan, Cunego, Stagelj, Figueras...), Gerolsteiner (Rebellin, Schumacher, Haussler...), Rabobank (los Dekker, Freire, Flecha, Horrillo, De Groot...), Discovery, Liberty (Davis, Barredo...), Caisse d’Epargne con un equipo muy equilibrado (Valverde, Gálvez, Iván, Reynés...). Desde luego si todos estos, y otros cuantos mas, se proponen dar guerra podemos ver una gran carrera.

Anónimo dijo...

Cuando Boonen ganó el Mundial en Madrid ya dije que habría que ver como un corredor belga con su juventud digería el éxito que consiguió el año pasado. Sus declaraciones son de niñato auténtico, esperemos que se le pase pronto la tontería...Pero no lo voy a negar, se me hace difícil pensar en un ciclista que pueda ganar San Remo mañana y no sea él, porque actualmente la carrera italiana se resuelve en grupos grandes, hoy por hoy veo al belga más fuerte que a Petacchi, Freire o Hushovd. Cierto es que correr en Italia no es lo mismo que correr en Bélgica, y que es una carrera tácticamente muy complicada, quizá la que más de todas las clásicas, pero no veo a nadie capaz de romper en el Poggio.

Por otro lado, creo que esta carrera necesita un cambio y rápido, y lo siento por Sergio, que la considera la clásica más importante. Una carrera de este nivel no se puede permitir el lujo de que la gane Petacchi, con todos mis respetos hacia el italiano, pero una clásica de este calibre no debe ser ganada por un sprinter puro. Se necesita más dureza.

Sergio dijo...

Muchas gracias por vuestros comentarios, todos de gran nivel. Hoy no voy a poner post, que iria inevitablemente de favoritos: ya lo habeis escrito todo. Si que me gustaria indicar como un outsider con algunas opciones a Samuel Sanchez, que ya ha llegado con los favoritos al sprint final y que, si se confirman las previsiones metereologicas, con la lluvia del sabado puede ganar muchos enteros.

En la irracionalidad del ciclismo, Ballan no corre la carrera y se reserva para el norte. Como Hincapie.

Anónimo dijo...

Pues qué poquita personalidad de la organización. Si la modificación es así finalmente tiene muy buena pinta. Esperemos que se lleve a cabo.

Anónimo dijo...

Yo soy de los que opina, que una carrera es todo lo dura y exigente que los corredores quieran. La Milan San Remo, ya es lo suficientemente dura, pero claro, si todos se quedan mirando unos a otros, pues no hay nada que hacer. Si en el peloton hubiese mas corredores con la misma ambicion que Bettini, Vinoukurov... corredores que no se asustan atacando de lejos, cerca o de salida, y sin pinganillo, incluso se podria prescindir del poggio o Cipressa. Por ejemplo, subir el Poggio en 5:30 garantiza una fuga, subir a seis o mas, garantiza sprint, pero claro, si el que ataca, desde el momento que ataca ya esta mirando atras, mal vamos.

Anónimo dijo...

Gran victoria del superclase Pozzatto en la Milán San Remo.
Por fin un directo digno de TVE, pero sería mucho pedir que no lo comentase Carceller?, es que no tiene ni p...idea, no se conoce los equipos, los corredores ni nada de nada, hoy de rídiculo.
En fin , gran inicio de la temporada de clásicas.

Sergio dijo...

Muy bueno tu comentario, yo voy a colgar el mio ahora mismo. A mi la carrera me ha dejado bastante amargor, porque no siempe se tiene una San Remo tan alcance de la mano...